Infinitamente, gracias. Leer esto me remontó a mi infancia. Acá en Córdoba no decíamos chonga, las señoras me decía varonera; las nenas, machona; y los nenes no decían nada, me parece. Hermoso y necesario trabajo. ¡Espero que el primero entre muchos! Me parece un terreno muy bueno para seguir trabajando: infancia, masculinidades no hegemónicas, cuerpos en total devenir... GRACIAS
qUÉ emoción!!
ResponderEliminarqué trabajo necesario!
lamento no haber escrito nada, ya me lo bajo
un super abrazo y gracias por estas búsquedas que tantos espejos nos devuelven, tantas existencias existidas y vividas.
abrazos!
marian
las felicito chicxs esta buenisima, lamneto no haber enviado nada, igual en muchas historias me veo y veo a otrxs, que gustazo leerles.
ResponderEliminarInfinitamente, gracias. Leer esto me remontó a mi infancia. Acá en Córdoba no decíamos chonga, las señoras me decía varonera; las nenas, machona; y los nenes no decían nada, me parece. Hermoso y necesario trabajo. ¡Espero que el primero entre muchos! Me parece un terreno muy bueno para seguir trabajando: infancia, masculinidades no hegemónicas, cuerpos en total devenir... GRACIAS
ResponderEliminarEspectacular lo he utilizado en los talleres de esi en la escuela. Gracias
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