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Escribo, luego existo
Hagan la cuenta: 8 de marzo de 1987 es la fecha de publicación del primer Cuaderno de existencia lesbiana. Es que cuando no había nada —nada nada— en materia de difusión sobre el tema, Ilse Fuskova y Adriana Carrasco supieron responder a una necesidad de la época (y de sus propias vidas), y así aparecieron estas publicaciones, hoy reeditadas, en un solo volumen, por la Librería de Mujeres.
Por Paula Jiménez
El libro respeta el diseño original: fotocopias de textos, dibujos y collages, e inscripciones a mano alzada sobre hojas oficio a lo largo de los 17 números aquí reunidos. No podría haber sido de otro modo para plasmar lo que los Cuadernos significaron como lucha de base en aquellos años ’80. Sin recursos económicos y sin computadora ni Internet, una pequeña gesta de mujeres se dedicó a esta labor editorial, destinada, únicamente, a la divulgación lesbofeminista. El proyecto fue guiado por la lectura de los escritos de Adrianne Rich, que ponían en cuestión a un feminismo incapaz de remover el mandato de la “heterosexualidad obligatoria”. Así, una conciencia de género poco habitual comenzó a asomar en medio de ásperas circunstancias. En una de las notas preliminares del libro, María Laura Rosa nos cuenta que estos cuadernos surgen cuando “se da a conocer el HIV y en EE.UU. se permite que cualquier ciudadano denuncie la suposición de que en una vivienda habita una pareja homosexual. Coincide en la Argentina con el fin de la última década militar, la efervescencia democrática y el desarrollo del sida”.
En los primeros números prevalecen los testimonios, casi todos firmados con iniciales o pseudónimos. La identidad —motivo de lucha— debía permanecer oculta como estrategia para conservar bienes afectivos o materiales que parecían peligrar (no sé si hoy en día, para ciertas lesbianas, la cosa difiere tanto). Con el paso del tiempo, algunas salieron de su anonimia, y otras se sumaron a la propuesta de publicación. De este modo, Araceli Bellotta, Vanesa Ragone, Safina Teresa Ortega, María Moreno, Claudina Marek (que se incorporó al equipo editorial a partir de 1992), Ana Rubiolo, Isabel Monzón, Noemí Diez, firmaron notas publicadas en uno o varios de estos cuadernos. Sus textos, poemas, entrevistas y hasta adelantos de novelas (como es el caso de Shatur Anga, o del Affaire Skeffington) compartieron el espacio con traducciones (algunas hechas por la misma Fuskova) de escritos teóricos de Aodre Lorde y Adrienne Rich, entre otras. La tapa del libro actual respeta la estética de los cuadernos y es ilustrada con un collage de Josefina Quesada, cuyos trabajos, siempre firmados por ella, graficaron la mayoría de los números publicados en sus 9 años de existencia.
No faltan, por supuesto, la noticia local, como aquella por la cual nos enteramos de que un 28 de junio hubo una celebración entre los pocos activistas del momento (no dice qué se celebraba, hoy sabemos que el día del orgullo), ni falta la denuncia. “Dos hechos acontecidos en el campo de lo jurídico han sacudido este país: el proceso por corrupción contra Celeste, por haberse manifestado públicamente lesbiana en un programa de TV y por torcer la moral de las jovencitas que concurren a sus recitales; por otro lado, la negativa a conceder personería jurídica a la CHA” (marzo de 1990).
Hay que leerlo: resulta bastante difícil de explicar lo que se siente al ponernos en contacto con este material porque, si bien el nivel de crítica y la discusión en él planteada siguen vigentes, es también un testimonio histórico del movimiento en movimiento y de las transformaciones del contexto social a través de casi una década. o
Cuadernos de existencia lesbiana (obra reunida) se presentará el 12 de diciembre a las 18 hs en Librería de Mujeres, Pasaje Rivarola 175.
Suplemento SOY - Viernes, 12 de diciembre de 2008
Relevamiento propio.
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