Integrantes del Archivo de la Memoria Trans y del Archivo Potencia Tortillera
"¿Cómo contamos nuestra historia?" Mesa redonda sobre archivos de disidencia sexual Orgullo y Prejuicio. Espacio de Diversidad Sexual y Cultura. 44° Feria Internacional del Libro de Buenos Aires
Participación de Luciana Almada
POTENCIA TORTILLERA: El archivo como activismo sociosexual (en épocas de disidencia y diversidad)
Esta presentación se traiciona a sí misma desde su inicio. Porque para quienes somos y vamos haciendo este archivo, la representación es un impensado/impensable, puesto que ningún* podría hablar en nombre de otr*, y porque como cualquier grup*, tenemos diferencias entre nosotr*s, y no
nos parece menor decir esto, que suena rupturista pero que más bien viene a desbaratar la idea de discursos monolíticos, acabados, cerrados, verdaderos. Pero es cierto que somos la cita de much*s otras, las que están, y las que nos dejaron, al menos en el formato físico de habitar el mundo; y es algo que va a ser evidente en el recorrido del texto/audio, porque seré la repetidora de expresiones y palabras de otr*s. Y porque, además, entendemos este momento histórico como bisagra y quiebre (y qué momento no lo sería?, pero eso es parte de otra discusión), en lo que refiere al quehacer archivista, al quehacer como parte de este puñado de tortas y activistas que persigue/perseguimos esa consigna iniciática de “recuperar nuestra memoria, de escribir nuestra propia historia, para evitar nuevos borramientos y silenciamientos”. Nada de lo que pueda compartirles hoy acá, es novedoso. Sin embargo pareciera necesario de volver sobre nuestros propios pasos para releern*s, reencontrarn*s y reformularn*s. Que es, en parte, la tarea que nos dimos para estar hoy aquí, plagad*s de contadicciones: por el espacio de la feria, por el momento del país, por nuestr*s compañeras de mesa, pero también por los acuerdos y contraacuerdos que nosotr*s mism*s, las potencia tortillera de ahora y de antes y de las que fuimos (porque es imposible no inscribirse en esas genealogías), hemos debatido una y otra vez. Pero así como el archivo está signado por esa constelación de prácticas, discursos, estéticas, afectos (y, porque no, defectos), que no sólo se caracterizan por su inestabilidad y mutación, sino también por su “fisonomía siempre problemática”, esta es una nueva apuesta y propuesta de apropiación del archivo: “hacerlo suyo, nuestr*, de tod*s”.
Para quienes nunca entraron al blog (http://potenciatortillera.blogspot.com.ar), la invitación es a visitar un reservorio documental que está en permanente construcción y que también puede leerse como un “archivo corporal y sensible”, porque además de estar registrado -rescatado de cajones personales, de organizaciones y agrupaciones, de actividades, de cada un* de nosotr*s y de lo que nos envían y/o registramos-, está inscripto a fuego en nuestras pieles. Las memorias, los archivos, las historias, en ese subtítulo que leemos en la portada del blog, funciona como guía de lectura: un archivo documental digitalizado del activismo lésbico, conformado por producciones gráficas y teóricas, registros fotográficos y sonoros, encuentros reflexivos y acciones callejeras de grupos y activistas lesbianas de diferentes momentos históricos, múltiples posiciones políticas, y diversas geografías de Argentina; que apuesta al “intercambio intergeneracional” y a la “recuperación de la memoria colectiva”, de trayectorias políticas ensayadas por otras lesbianas, sobrevienientes, que denunciaron y confrontaron la heteronormatividad en los modos de “contar la historia”.
Y, ¿alcanza con esto para decir que estamos haciendo política? O, más precisamente, ¿Qué es hacer política? “Hacer política con nada”, decía una de las compañeras en otra actividad hace unos años, y en este punto le hincábamos el diente a esta propuesta, porque nos interesa poner de plano la diferencia entre los modos tradicionales de hacer política y las maneras autogestivas de llevar a cabo este “trabajo”. No sólo por la plataforma y la circulación libre de los materiales, sino por los recursos que empleamos para ello, aún antes de pasar al plano de pensar políticas de archivo (que también es otro de los temas centrales en este debate), una autogestión que le escape a los condicionamientos y contrapartidas, mucho más en momentos donde pareciera ser una política de estado o un asunto de corrección, la inclusión y el debate de estos temas que, como decía líneas arriba, no tienen nada de novedoso. Hacer política, hacer activismos, justamente corriéndonos de la institucionalidad nos parece más que pertinente, cada vez que pareciera que son los únicos caminos posibles (y ahora también con la proliferación de archivos e invitaciones a registrar y registrarn*s). Porque, y esto se conecta con el otro punto que no queremos dejar de tocar, el tema de diversidad-disidencia: archivos de la disidencia sexual, la mesa misma lo propone, lo nombra, justamente a eso que era innombrable, im-propio, innominable. Entonces otra vez la pregunta ¿qué entendemos por disidencia? Como posición política dentro del movimiento, de los movimientos, de los entramados actuales y las configuraciones en las que nos insertamos. Y la apuesta por una “radicalidad que molesta”, trayendo las palabras de l*s compañer*s, propio del FLH o de ese Jáuregui que decía que “nacemos en territorio enemigo”, haciendo parte (y arte) de discursos y prácticas anticapitalistas y antipatriarcales, crític*s a una posición liberal de ciudadanía, que n*s interpele a pensar las acerca de la diferencia sexual no en términos de identidades naturalizadas sino como una forma de disenso, entendido no simplemente como habla, sino como una constelación de prácticas, expresiones y creencias no conformistas; todo ese palimpsesto, ese retazo descosido, ese vidrio roto, no es en sí mismo suficiente para hablar de disidencia sin más. No es un paraíso al que se arriba y que cómodamente habitamos desde los márgenes de ese lugar otro donde parece que no se puede (ni se quiere) estar. Quizá en este punto, en este momento histórico, es donde debemos seguir discutiendo quiénes pueden/podemos ser disidentes, cómo se habita el mundo desde estos lugares, y la posibilidad de imaginar nuevas subjetividades que no paguen con su vida el precio de la diferencia que otr*s llevan (y llevamos) como consigna. Y, claro está, cómo escaparle al mercado que todo lo asimila y lo vuelve producto de consumo y de fetiche.
Para cerrar, me gustaría compartir un fragmento de Macky, que fue enviado para la presentación del blog en 2011:
“Memoria no es repetición ni reproducción. Memoria no es origen ni copia; no capitula frente a las exigencias de linealidad y eficacia de la historia. La memoria pincha, la memoria apunta: es aventura y también molestia. No es Una, no es total, no es fundante: es fragmento vital, polifónica, múltiple y heterogénea, densa y rara y belicosa. No progresa, coexiste, y por presión de su presencia, un modo de vida termina desgastado. Y otro surje.
Memoria punza, crece, abre rutas de fuga: en el barro y en el altillo.
Nuestra memoria no comienza con el aletear de una mariposa, no está en la oscuridad del clóset, ni en los estratos inmóviles del pasado, no es fotografía ni escultura paralizada para siempre en gesto inútil, no es muerte ni principio, está en vos y en mí, la llevamos al trabajo, a la plaza, a la fragante boca húmeda de la amada; está ahora enfocando tus ojos, los míos, en el objetivo de su ataque mientras en las manos, las tuyas, las mías, la gruesa piedra de la liberación, se muere por volar.”
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