Autorxs del proyecto: Diputada María Rachid y Diputado Daniel Lipovetzky
Mesa de presentación: Adriana Carrasco, Claudia Castrosín, Sandra Aguilar, Mayra Blanchard, Paula Torricelli, Claudia Castrosín.
También participaron del homenaje Norita Cortiñas, María Luisa Peralta, Irene Ocampo, Mariela Silvestein, y much@s activistas y amig@s hicieron llegar su afecto a Ilse a través de un video.
Sandra Aguilar, de la colectiva disidente y antipatriarcal Desde el fuego CABA, expresó
Las lesbianas decimos presente!
Reconocimiento a Ilse Fuskova como Ciudadana Ilustre de la Ciudad Autónoma de
El reconocimiento
Hoy estamos reunidxs en la misma legislatura que, hace poco, también otorgó el reconocimiento a personajes situados en las antípodas de nuestros intereses y pasiones (Marcelo Tinelli por mencionar solo un ejemplo).
Es por ello que nos parece importante este momento. La presencia de Ilse hoy y aquí, y el tajo fino que deja esta mención en la construcción de un presente que será pasado y también futuro. Este reconocimiento constituye una brecha en un espacio institucional, y no nos parece un gesto menor. Ya que este reconocimiento es a una activista lesbiana y feminista y, como tal, es un hecho histórico en esta legislatura.
Entendemos también que este reconocimiento constituye un hecho de visibilidad lésbica en sí mismo. Poblar a la legislatura de lesbianas celebrando a otra lesbiana, un espacio hostil que durante muchos años cerró las puertas al colectivo LGBTI e incluso legisló en su contra.
Sus aportes, la discusión con el feminismo y la comunidad gay
Considerando que estamos en un acto de visibilidad lésbica, quisiéramos remontarnos a un hecho histórico que para nosotrxs significó la salida del clóset pública y mediáticamente de Ilse en 1991, en el programa de Mirtha Legrand.
24 años le tomó a nuestra ciudad reconocer ese hecho, reconocer en general el aporte que, desde el activismo lésbico, ella había comenzado años atrás cuando junto a Adriana Carrasco habían impulsado un grupo para discutir acerca de lesbianismo y de donde luego surgirían los “Cuadernos de Existencia Lesbiana”.
Nos gustaría ir un poco más atrás y arrancar nuestra genealogía un poquito antes de la aparición pública de Ilse, y de los grupos de concienciación y reflexión lesbiana.
Nos remontaremos a la década del 70, un momento signado por una fuerte invisibilidad de las lesbianas en las agrupaciones políticas, sumado al silencio forzado, producto de la dictadura, que logró acallar a los incipientes grupos sexo políticos que habían comenzado a organizarse en ese período. La etapa posterior fue el del retorno a la democracia, en ese marco se suceden la creación de espacios de discusión feministas, de mujeres y de lesbianas, entre otros. Es en este momento en que Ilse junto a otras activistas introducen en Argentina el debate acerca de la identidad lesbiana como identidad política y esto se da en diálogo y en intrínseca vinculación con el movimiento feminista. Además, cabe reconocer el lugar destacado que ocupó la agrupación feminista ATEM en esta genealogía, que fue uno de los primeros espacios feministas en abrir su agenda política al lesbianismo y a las lesbianas en particular.
El trabajo que Ilse y otras activistas realizaron de concienciación y reflexión acerca de la existencia lesbiana, el problema de la invisibilidad, el proceso de legitimación del deseo erótico entre mujeres frente a la fuerte patologización del lesbianismo y la homosexualidad en general, fueron tareas claves para empoderar a otras lesbianas.
En una primera etapa Ilse junto a Adriana Carrasco y otras activistas tuvieron que introducir estas discusiones tanto hacia el interior del feminismo como del activismo gay donde el significante “homosexual” y la “homosexualidad” parecían nombrarlo todo y a todas las existencias.
La tarea fue por instalar el significante “lesbiana” en un sentido afirmativo, en contraposición a la acepción peyorativa que circulaba en la época y que, lamentablemente, aún tiene cierta vigencia..
Esas discusiones que se fueron suscitando entre diferentes grupos y espacios contribuyeron a pensar no solo la cuestión de opresión en términos de género sino también por la orientación sexual. Se produjo una operación de doble adscripción, en tanto que mujeres y en tanto que lesbianas.
Nuevas generaciones de activistas lésbicas en Argentina
Creemos que hay un antes y un después en la historia del activismo lésbico argentino. Sin ánimos de hacer de ella una heroína, porque sabemos que a ella no le gusta ese lugar nos preguntamos qué significa Ilse Fuskova para las nuevas generaciones de activistas lesbianas argentinas.
¿Qué significó para nosotras conocer la historia activista feminista y lésbica de Ilse?
Significó no sentirnos solas al asumirnos lesbianas, conocer la especificidad del activismo lésbico, la importancia de la visibilidad lésbica como reivindicación y tarea primera. Saber que había a quienes mirar en el pasado, para aprender de sus trayectorias y recorridos. Que no empezaba la historia con nuestras ganas de activar, que había una genealogía en la cual inscribirse. Una historia que tenía como protagonista a otras lesbianas.
Qué significa Ilse para la generación que se organiza post sanción del matrimonio igualitario, luego del asesinato lesboodiante de la Pepa Gaitán. Cuya existencia lesbiana marimacha resultaba una amenaza para la heteronorma.
¿Cuánto se ha modificado el rechazo, el odio, el desprecio y la violencia hacia quienes nos identificamos como lesbianas hoy? ¿Acaso no nos siguen gritando “tortilleras” cuando estamos en la calle con otra lesbiana besándonos o mostrando alguna otra expresión de afecto? ¿Dónde y cómo proyectamos nuestra militancia y nuestra visibilidad hoy?
Muchas son las lesbianas jóvenes que siguen siendo expulsadas de sus casas cuando salen del clóset, o las que se suicidan porque están cansadas de la discriminación constante, de tolerar el acoso diario que sufren en las escuelas y en la sociedad en general. Sociedad que inscribe en nuestros cuerpos el rechazo.
A 29 años de los primeros talleres de reflexión lesbiana en Buenos Aires convocados por Ilse Fuskova y como parte de la nueva generación de activistas lesbianas, entendemos que sigue siendo necesaria la disputa cultural, colectiva y en las calles. Porque no alcanzaremos transformaciones sociales únicamente mediante la sanción de normativa que ampare nuestras existencias. El cambio cultural es mucho más profundo y de largo aliento. Si bien las políticas de “igualdad” jurídica hacia nuestras identidades LGTBI han avanzado, el cómo llevar adelante estos cambios es producto de discusión dentro del movimiento. ¿Qué estrategias llevaremos adelante? ¿De adaptación de nuestras sexualidades e identidades al sistema y a la institucionalidad impuesta? o ¿La resistencia a los dispositivos de la normalización como son la heterosexualidad obligatoria, la heteronorma, la discriminación a nuestros cuerpos disidentes, negros, gordos, tullidos y la lucha contra el sistema racista y capitalista que precariza nuestras vidas?
El hecho de que se puedan suscitar estos debates dentro de nuestro movimiento da cuenta del crecimiento y la madurez que tenemos para poder pensar(nos) así como también nuestro activismo y su despliegue político.
Por otro lado, pensamos que este reconocimiento, esta celebración del activismo lesbiano, de una tradición de activismo lésbico que inaugura Ilse, no solo deberíamos realizarla dentro de estas cuatro paredes, dentro de un marco institucional como el que nos ofrece la legislatura porteña. Tendríamos que pensar también en los espacios que las activistas lésbicas habitamos cotidianamente. Es una deuda que como colectivo lésbico tenemos hacia Ilse. Es deseable pensar en homenajearla en cada uno de los Encuentros Nacionales de Mujeres, espacio donde alzamos la voz para reivindicar la existencia de nuestros cuerpos lesbianos, en las Celebraciones de las Amantes Jornadas de orgullo y disidencia lesbiana, en los días de visibilidad lésbica en que repudiamos el crimen de odio de la “Pepa” Gaitán, en la Marcha del Orgullo LGBTI, etc.. Pero sobre todas las cosas, nombrándonos como lesbianas en nuestra vida cotidiana, diciendo presente, quizás haciendo que se escuche por primera vez esa palabra tantas veces negada, silenciada, mutilada: lesbiana. Porque el activismo necesita previamente que seamos más quienes nos animemos a amar, desear y coger con personas del mismo sexo con orgullo al hacerlo. Necesitamos saber que somos más quienes habitamos la sexualidad de manera disidente para saber que no estamos solxs y que contamos lxs unxs con lxs otrxs. La apuesta política por la visibilidad entonces se erige como tarea fundamental para nuestra comunidad, no solo para lxs activistas, porque en esa apuesta están en juego nuestras condiciones de existencia más básicas.
Hoy y cada vez que decimos “lesbiana” en voz alta reconocemos a Ilse Fuskova porque retomando a val flores y Macky Corbalán “Cuando se borra de la memoria de las luchas sociales la historia de las lesbianas, o se silencian sus aportes al movimiento feminista, lgtttbi y de todo otro movimiento político. Eso es lesbofobia.”
Reconocemos a Ilse “Porque a las lesbianas que levantan la voz y ponen el cuerpo públicamente se les teme, y ese miedo es nuestro poder.”
Ese fue el poder que Ilse contribuyó a construir, es el mayor de sus legados para las nuevas generaciones de activistas lésbicas. Nos enseñó a poner el cuerpo públicamente, a levantar la voz, a dar la lucha por nuestras existencias diciendo lesbianas presentes!
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