Archivo documental digitalizado del activismo lésbico, conformado por el registro de producciones gráficas y teóricas, registros fotográficos y sonoros, encuentros reflexivos y acciones callejeras de grupos y activistas lesbianas de diferentes momentos históricos, múltiples posiciones políticas, y diversas geografías de Argentina. Está en permanente construcción, envianos tus aportes y colaboraciones.

viernes, 30 de septiembre de 2016

Fabi Fernández

El paraíso es queer

I Congreso de Diversidad Sexual y DDHH Rosario, setiembre 2016
Por La Fabi Fernández

“Para no hacer de mi ícono pedazos, 
para salvarme entre únicos e impares, 
para cederme un lugar en su parnaso, 
para darme un rinconcito en sus altares. 
Me vienen a convidar a arrepentirme, me vienen a convidar a que no pierda, me vienen a convidar a indefinirme, me vienen a convidar a tanta mierda”
Silvio Rodríguez

Este escrito tiene el formato de una crónica, personal e intransferible, sobre (casi) todo lo que me hace reflexionar mientras andamos los caminos identitarios. Ahora que todxs estamos advertidos, lxs convido a escuchar como uno escucharía a María Jiménez, es decir: una vieja divina, que le robó a un amigo letras preciosas y las re versionó en tono de bulerías.

Episodio 1

Mi nombre es Fabiana. Soy una mujer cis, lesbiana, hasta hace poco era soltera. Soy hija de Marta y Roberto. Nieta de Deidamia y Honorio y Adolfo y Rosa. Soy además hermana orgullosa de Gabriela y
Ariel. También esposa de Yanina, pero me gusta más decirme su compañera. Soy peronista, y aunque hace más de 10 años que lo soy, me gusta tomar vino en pingüino. También soy hincha de Ñuls. Ninguna de todas estas identidades les cuenta cabalmente quién soy, porque soy todo esto y algo más. Azarosamente, como casi todo en esta vida, pude ir a la Universidad Pública. Perdón, quizá dije mal, porque nada es azaroso en este mundo de revolución tecnológica y alegre. Entonces, también soy antropóloga. La antropología llegó a mi vida como una revelación, aunque fue leyendo a Todorov que se reveló, lo cual premia mi axioma personal: toda revelación es semiótica. Pero como leí a Todorov en Problemática Antropológica (que es una materia del Primer Año Común de Humanidades) y hablaba de “la conquista de América”1, decidí entonces que quería explicar el mundo de esa manera y por confusión (no estaba en la cátedra de semiótica, sino de antropología) quise ser antropóloga.
Esa será la primera, de una larga lista de confusiones que sigo teniendo respecto de la vida académica, pero será materia de otro encuentro. Me salió bien lo de ser antropóloga (quizá mis colegas no opinen lo mismo), no tanto eso de “explicar el mundo”. Como dice también Todorov, esta especie de declaración (que es más una construcción mítica que una argumentación), se centrará en la construcción que hacemos de los “otrEs” ó de los sentidos de la(s) identidad(es). Encontré entonces, con Todorov, la primera idea acerca del “otro”. Dice Todorov “lo Divino es ante todo el prisma del cual Colón interpreta lo Natural y lo Humano. Él no va al encuentro de lo desconocido, sino al encuentro de sus preconcepciones. Observa a través de sus creencias, e interpreta sólo en función de ellas. Estas preconcepciones determinan que Colón percibiera al Otro de una manera altamente etnocéntrica: el indígena es simplemente diferente, homogéneo y carente de atributos culturales. Todo lo que el explorador destaca como característico de los nativos se reduce al color de su piel y a su estatura, diferentes a las del europeo, pero semejantes entre ellos; para Colón, todos tienen la misma estatura, la misma desnudez, y todos andan pintados igual (p. 36). Más aún, ninguno tiene lengua, ley, ni religión”.
Porque estamos acá hablando de Colón, se preguntaran no? Hablamos de Colón porque con este triste subterfugio de la percepción etnocéntrica que soslaya el carácter humano de los indígenas americanos, lo que hace Colón es invisibilizar al otrx, lo invisibiliza en esa supuesta homogeneidad, lo “des-identifica” ó peor aún, le otorga el mismo una identidad. Como afirma Todorov, Colón descubrió América, pero no a los americanos. Y este es otro buen axioma: quizá sepas que existen diferentes identidades, pero eso no significa que las respetes ó las comprendas. Así empezó entonces mi relación con la antropología, a través de un semiótico refutador de leyendas (con lo que nos gustan las leyendas a los antropólogos!!!); que afirma que la fundación mítica de la modernidad, se dió en el presupuesto de la invisibilización del otrx (diferente). (Acá debería tirarles una propaganda ó una suelta de globos amarillos).

Episodio 2

Más adelante en la carrera, me encontré con otro texto fundamental. Lo de texto fundamental lo entendí años después, claro. Es un artículo de Albert Memmi, se llama “Racismo y odio del otro”2. La refutación absoluta, en la revista Correo de la Unesco, que existía algo tan ridículo como la supremacía de una “raza sobre la otra”. Entonces, el panorama se aclaraba, si no había nada biológico mensurable que nos hiciera algunEs mejores que a otrEs, lo que se construye entonces, son esos presupuestos que luego devienen naturales; son fundamentalmente relaciones de poder. AHHHHH. Como le pasó al buenudo de Colón. Finalmente no estaba descubriendo el continente que luego no llevaría su nombre (de hecho, ni siquiera se enteraría que era “nuevo”), sino que concebía su forma de ver el mundo como la única posible.
Por supuesto que Foucault (otro puto) ya se encargó casi mejor que nadie de dirimir el temita del poder y como se ejerce desde el disciplinamiento de los cuerpos. Pero a Foucault lo leí mucho tiempo después, y entendí (algo) muchísimo tiempo después que lo leí. Para esa época yo hablaba de “gays”, de hecho me definía como “una mujer gay”. Un semiótico por acá !!!
Y con esa idea de tener que “definirme”, llegó la IDENTIDAD a mi vida. “Lo identitario”. La categoría, por así decirlo. La muda de ropa que te calzas todos los días, hasta que un día la cambias. Porque te diste una ducha de modelos culturales, folklore del mercado o bien, porque la ducha te cagó a trompadas y no te hizo más el aguante en el llanto, y saliste y te cambiaste la muda de ropa identitaria. No la ropa. Mudaste de identidad. Uno de mis mejores amigos (tengo dos), por ejemplo, siempre dice “lo único que me voy a llevar a la tumba es que soy de Ñuls”. La única identidad que no muta para él. Lo cierto es que la identidad es tan móvil y diversa como humanos viviendo en sociedad, es decir, es una construcción social. Esto quiere decir que mi amigo va a dejar de ser de Ñuls?  No, pero no siempre será el mismo hincha, algunos campeonatos irá todos los domingos a la cancha, otro verá los partidos por TV, y alguna vez, ir a la cancha no será tan importante como el nacimiento de su hija/o. Hace no mucho tiempo, una compañera trans que está en plena transición, me puso en mi lugar, concretamente me dijo: estoy cansada de tener que nombrarme para ser evidente. Dice el Guille Nuñez Noriega “Por eso cabe preguntarse, si unos grupos son “de la diversidad sexual”, entonces los otros, los no gay, las no lesbianas, los no bisexuales, los no transgéneros, etc., esto es, los “no diversos”, ¿qué son?, ¿los de la homogeneidad sexual?, ¿los de la unicidad sexual?”3. La IDENTIDAD entonces, viene siendo para los antropólogos, como una némesis (de aquí deriva mi segundo axioma personal: “a cada Cortes su Moctezuma”).
Así que acá estamos. Mi identidad, los otrEs, y el mundo. La gente que cree que hay definiciones definitivas, en el bando de la Real Academia Española. Hay gente que está en el bando de los progresistas, los Rolling Stone del diccionario. Están los saberes monopólicos, el sentido común, la construcción del poder. Están los que odian la identidad de otrEs. Como dice Memmi, forjados en la creencia que hay identidades mejores que otras. Lo normal por sobre lo patológico. Quizá lo normal antepuesto a lo distinto. Lo que quiero dejar expresado aquí es que no hay controversia sobre la diversidad, no utilizamos el concepto diversidad sexual para nombrarnos “diferentes”, la diversidad es sobre un todo, todEs somos personas diferentes.
Y se trata de como esas identidades, móviles, en permanente construcción, se transforman en colectivos, concientes de su propia diferencia, pugnando por ser nombrados, reconocidos.
Y de aquí deviene la reflexión que más cansancio me genera: cuál es el riesgo de esos reconocimientos? Cuándo la impunidad institucional, se hace amiga de la diversidad? Todos podemos reconocer lo peligroso que es apropiarse de la palabra del “otro”, como el enemigo se apropia de tu discurso, te “integra”; y habla de DDHH y Diversidad, vaciándolo de contenido.

Episodio 3

Mientras estoy en plena reflexión, los medios de comunicación (que como bien dice Gramsci, es uno de los mecanismos con que las clases dominantes imponen su manera de ver el mundo y la instalan como legítima) también me sugieren como debo ser. Hace apenas dos semanas, un joven de 15 años, llevó a la escuela un arma que había en su casa y se pegó un tiro ahí mismo, en el corazón del sistema educativo. Era gay. Varón. Hijo del corazón de la pampa sojera. El decano de la prensa argentina revelaba que “fue un suicidio que conmovió a la comunidad y que sus compañeros aseguraban que era muy querido y que no sufría bullying”. Con el correr de las horas, se hace explícito el secreto a voces de acoso, en La Capital levantaron la nota y no hubo más referencia a la noticia. (...). (La escuela) “hoy está de duelo, pero guarda la esperanza de la paz de Dios”, publicó en su sitio oficial el establecimiento educativo al que el pibe iba (que ni siquiera levantó las clases ese día). Como dice Rita Segato: “Alimentan el morbo, la curiosidad por el sufrimiento del otro y acostumbran a ese sufrimiento, que es lo que llamo la pedagogía de la crueldad. Esa pedagogía es muy precisa: es el papel de los medios y personas que se instalan como pedagogos de la crueldad para enseñar que ese horizonte de sufrimiento es la normalidad. Que la crueldad es habitual, un paisaje normal, y eso va disminuyendo la empatía con el otro, nuestra sensibilidad y nuestro espanto frente al sufrimiento de los otros”4. No es inevitable la pregunta sobre que hubiera sucedido si la Ley (26510) que marca la creación del PROGRAMA NACIONAL DE EDUCACIÓN SEXUAL INTEGRAL, sancionada hace ya 10 años, no estuviera agonizando en los cajones que filtran agua bendita de los funcionarios de turno ó sobreviviendo en el voluntarismo de los docentes?. El pibe tenía 15 años, y la ley 10 …. “Querido Marcelino, me duelen tus lagrimitas”.

Episodio 4

Había una vez una joven, cualquier joven de las clases populares. Por pobre, es separada de sus padres, también pobres. Por pobreza hablo de pobreza estructural, nunca de otra.
Había una vez un lugar donde las señoras de bien de la sociedad que no es pobre, le daba alojamiento a muchas otras muchas jóvenes (y niñas y niños) en nombre la caridad. Sucede que la caridad confunde la bondad con la complicidad. A la pretendida paz de los cementerios, se le opuso la revolución de los caídos y un día, el supuesto Hogar de los supuestos huérfanos, cerró. En medio de escandalosas lavadas de baldosas de esos patios enormes y fríos, la joven de nuestra historia fue a dar a un convento (también de caridad). Apartada de padres y hermanxs, pasó años que pueden contarse perfectamente porque no tiene muchos en total. Más tarde una supuesta familia con ánimos de “ser padres”, no fueron tanto padres como abusadores, y esa especie de experimento social en se han transformado los procesos de adopción, se volvió el monstruo de la joven, muy cerquita de su cordura se acurruca, agrandando enormemente el dolor de las innumerables pérdidas. Y hay gente que culpa al destino. Quizá los conversos que siembran su nueva fe por televisión, griten a viva voz, “donde están los DD HH ahora? que siempre defienden delincuentes, porque no aparecen si yo pago todos mis impuestos?”. Pero no. No vemos a ningún edecán de la suerte, pedir la pena de muerte para todxs y cada uno de los responsables de tanta injusticia en una vida tan corta. Ni a ningún militante de las pasiones trolles facebookianas, justificando un presumible acto de justicia por mano propia de esta joven. No hay novelas bien actuadas para estas vidas. Cuando hablamos de identidades y DDHH, no estamos hablando de un panel infame argumentando suposiciones. Estamos ante el complejo entramado de preguntarnos si el mismo sistema que te quita, te puede dar. Si el Estado que viola, puede conceder. La impunidad institucional es alarmante, porque el entramado de violencia que sufren estxs jóvenes es considerado legítimo. Finalmente, la vieja lucha entre la señora tolerancia aliada con la carismática caridad vs la desviada revolución y la enorme diversidad. Como se pronuncia el dolor de no saber quien sos?
“No todas las personas participan de las mismas relaciones de poder y, por lo tanto, no todas viven las mismas consecuencias en sus subjetividades, en sus cuerpos y en sus posibilidades de vida en general” dice Guillermo Nuñez Noriega. Entonces, tenemos por un lado la(s) identidad(es) y por el otro, la crueldad.

Epílogo

Entonces, tenemos jóvenes que sufren la impunidad institucional. Tenemos una seudo semiótica. Tenemos relaciones de poder explicitas. Tenemos entonces, relaciones desiguales. Tenemos el reconocimiento del Estado de esas relaciones y su compromiso de enmendarlas. Tenemos políticas de DDHH y Diversidad. Tenemos un Estado que tiene como patrón al mercado. Y a diversos proyectos políticos. Todos hegemónicos. Hegemonía a la vieja usanza, digamos a la tradicional conceptualización gramsciana. Tenemos entonces, la contradicción. Yo estoy preocupada por como saldamos esa contradicción, o la superamos en algún proyecto contra-hegemónico, esta categoría también del preso político que fue Gramsci (cualquier parecido con la realidad…). Yo no doy cátedra hoy, porque no podría. Los enormes compañerEs que hoy me acompañan en esta mesa, pueden hacerlo con mucha más claridad que yo. Yo solo suelo preguntarme por el sentido de mis prácticas porque así lo necesito. Yo que me casé, no estoy tan segura de haber ejercido un derecho, tanto como una práctica normalizadora; pero en términos simbólicos, fue un acto revolucionario para mi entorno. Y además me hace feliz estar enamorada de mi esposa. Así que vuelvo. Cómo hacemos para que nuestras prácticas contrahegemónicas no se conviertan en el cordero atado reclamado por el lobo suelto. Cómo tensionamos nuestras propias contradicciones. Cómo somos un Colón no tan colonizado?
Si algo sabemos los antropólogo/as (y no me quiero olvidar de los primos sociólogos) es que nada es “natural”. Me parece que diversidad sexual y de género y disidencia sexual y de género son términos necesarios en términos teóricos y políticos para referirse a diferentes aspectos de un proceso que tiene como su centro la lucha por el reconocimiento pleno de los derechos sexuales y reproductivos como derechos humanos. Como dice Paul B. Preciado, el movimiento pos-identitario “queer”, no es una identidad más en el folklore multicultural, sino una posición de crítica atenta a los procesos de exclusión y de marginalización que genera toda ficción identitaria. Constituyéndonos entonces en acción política y de resistencia a la normalización, es que nuestro paraíso será queer ó no será nada.
Todo esto lo puedo decir porque sé quién soy, y de dónde vengo. Todavía quedan 400 historias por recuperar, 400 identidades por devolver. Y sin dudas, otras y muchas más. No nos vamos a cansar hasta encontrarlas a todas. Hasta encontrar también a la última nieta y el último nieto. Porque el momento es ahora. Y porque es el mes de la identidad.

1 Tzevetan Todorov “La conquista de América. El problema del otro” (1987)
2 Albert Memmi “Racismo y odio del otro” (1983)
3 Guillermo Nuñez Noriega “Que es la diversidad sexual” (2014)
4 Rita Segato “Pedagogía de la crueldad” (2016)

Fabiana Fernández - Licenciada en Antropología. Docente en la Universidad Autónoma de Entre Ríos. Miembro del Instituto Diana Sacayán
Fuente: IDS Rosario

1 comentario:

vivi dijo...

Excelente!!! Decir más es embarrarla.