Combate pertenece a un ensayo fotográfico y audiovisual que se encuentra en proceso desde el 2017. Es un autorretrato digital que formó parte de la muestra Yo en escena y pertenece a la colección del Museo Provincial de Fotografia Palacio Dionisi de la ciudad de Córdoba. El mismo indaga en el ejercicio de la defensa personal y de algunas artes marciales enfocadas en la práctica de mujeres, lesbianas y trans. La fotografía es parte de una serie que intenta articular a través del retrato, lo político y artístico, lo público y lo íntimo en una búsqueda identitaria que entiende al cuerpo como un arma de lucha.
Impulsada por la necesidad de explorar sobre las formas de defendernos desde diferentes lenguajes comencé a autorretratarme. Este ejercicio se volvió una especie de autodefensa a partir del cual comprendí que defenderse es también un derecho. La forma de defendernos está vinculada a la manera de autopercibirnos y de interpretar el mundo que nos rodea. El cuerpo es, entonces, nuestro campo de batalla en el intento por desnaturalizar y cuestionar lo normativo y generar transformaciones desde lo cotidiano que vayan socavando estructuras sociales que parecen incuestionables. La estrategia es poner freno a un estado de indefensión. Plantarse en un cuerpo a cuerpo es una posibilidad para hacerle frente a una historia patriarcal y heteronormativa que nos quiere sumisas y obedientes.
A los cuatro años le pedí a mi mamá que me anotara en Judo a pesar de que en esos tiempos, mediados d los 80, no estaba bien visto que una “nena” realizara este tipo de actividades. Desde ese momento practiqué distintas artes marciales pero en ninguna pude ser constante, encontraba siempre una excusa para abandonar un espacio que me hacía sentir permanentemente débil y pequeña, donde casi todos mis compañeros eran “varones”.
En la adolescencia probé Kung Fu, Pakua y Aikido pero no lograba sentirme cómoda, el machismo era cotidiano como en el resto de los espacios que habitaba. Por esos años conocí el feminismo y la autodefensa feminista. De pronto esa incomodidad que reconocía en mi propio cuerpo se volvió algo compartido con otras, atravesadas por realidades parecidas y no tanto. En ese momento pude poner en palabras opresiones, incomodidades y señalamientos constantes sobre mi.
Aprendí que defenderme es saber decir “¡No!”, es asumir que no siempre puedo sola y que pedir ayuda para resolver conflictos con otras es una posibilidad. Comencé a participar de talleres y espacios de entrenamiento informales coordinados por amigas con ideas afines. Confiar en nuestra intuición y saber cuando estar alertas son herramientas que nos posibilita cotidianamente esta combinación de transfeminismo y artes marciales. Desde entonces los entrenamientos combinados con la práctica
fotográfica han sido un motor para la reflexión, una manera de buscar respuestas a interrogantes que siguen apareciendo: ¿Qué producen estas prácticas en nuestros cuerpos e identidades? ¿Qué partes del cuerpo se activan cuando nos defendemos? ¿Por qué debemos aprender a defendernos? ¿Dónde se aloja la violencia que vivimos?
Celeste Onaindia
Texto que acompaña la publicación de la foto que encabeza el posteo, publicado en Polémicas Feministas, Nro 4, 2020.
Celeste Onaindia es licenciada en Cine y TV y se graduó como fotógrafa en la Escuela de Artes L. E. Spilimbergo. Participó en diferentes muestras fotográficas, las últimas fueron Yo en escena, en el Palacio Dionisi, y Lo que se hace por amor, en el Museo Genaro Pérez. Trabajó como editora y fotógrafa en Elefante y participó, también como fotógrafa, en la revista impresa Laucha.
Desde 2010 desarrolla proyectos audiovisuales. Dirigió Mi gorra brilla (2019), una animación sobre la problemática de la represión policial en Córdoba que recibió varios premios y fue seleccionada por festivales nacionales e internacionales, y también Coaxiles – Morder las venas de ciudad (2019), ganadora del concurso al desarrollo de serie de animación del Polo Audiovisual Córdoba y del Fondo Estímulo para Proyectos Audiovisuales, otorgado por la Municipalidad de Córdoba.
Como activista lesbiana, entre otras cosas participó de la Multisectorial Justicia por la Pepa Gaitán y de la organización de las actividades relacionadas con el 7M . También integró el grupo organizador de La Celebración de las Amantes, en 2012.
Fuente: Polemicas Feministas Nro 4, 2020 - El Tajo Feminista, abril 2021
Agradecemos a Celeste Onaindia el envío del material fotográfico
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